Los grupos de apoyo de terapia física y del linfedema han probado ser eficaces para fortalecer, inspirar y, en última instancia, ayudar a sanar. También cumplen una función importante para llevar una buena vida durante la enfermedad. Además, la fatiga es uno de los problemas más comunes que plantean los pacientes durante el primer año de la recuperación. La terapia física puede ayudar a restaurar la fortaleza física y la energía.